«Price is what you pay. Value is what you get» – Warren Buffet
Resultó que estaba yo por allí que no es que sea ni de lejos un experto en dinero, pero bueno, tengo cierta reputación como alguien competente entre mis familiares, y también de un tanto hábil dando consejos, ¡¡quizá no tanto aplicándomelos!!
El caso es que inmediatamente me ofrecí a ayudarle, ¡cómo no!, a cambio, por supuesto, de una participación en los beneficios futuros… una participación eso sí, que debía elegir y proponer ella; mi respuesta concreta fue: “claro que sí, piensa qué participación puedes ofrecerme y nos ponemos al lío”
¿Qué cabrón no? ¡Pedir participación a un familiar! Afirmativo. Bueno, es lo que tiene adoptar el rol de maestro… Cada cargo tiene su carga.
«Vendemos felicidad… no se acepta efectivo… sólo crecimiento» – oscarmonsalve.com
Pues bien, aún estoy esperando… ¿Sería el orgullo? ¿Sería la poca visión social y de negocio en el intelecto colectivo español? ¿Sería miedo? ¿Apenas egoísmo? ¿No perder el control? ¿Necesidad de dominar la situación? ¿Ansia de poder, de independencia? Chi lo sa…
¡Pero es qué!, la verdad, los consejos -que eran buenos (aquí van los emoticonos de los dientes y gafas de sol de sobrao gracioso)- no eran ni de lejos tan importantes como el proceso para conseguirlos, y esta persona, aunque talentosa y con una gran habilidad técnica en lo que hacía, no estaba aún preparada para lo que yo, más mal que bien no nos autoengañemos (y aquí va el de tío resignado), podía aportarle si seguía el camino, si satisfacía el proceso, si pagaba el precio.
Quizá era algo de proactividad, algo habilidad para comprender al otro -¿acaso no quieres vender vídeos? ¿qué son las ventas, qué son las reproducciones si no comprensión y respecto por lo que el otro es?-, puede que una pizca de habilidad para hacer cerrar tratos, para pagar precios, para atraer aliados, para desbloquear situaciones, para conseguir creativamente algo que necesitas… Somos nosotros, la (parte de) la realidad que vemos– los que nos abrimos y cerramos las puertas, los que elegimos las prioridades, quizá en base a emociones no ya que no controlemos, sino que seguramente no son realmente ni nuestras, si heredadas, adquiridas.
No sé, es posible que la era actual, siendo la era del ego -qué es el TV-tú, el broadcast yourself como fenómeno de masas-, sea también la del robo, la de sacar sin pagar, la de escaquear, la de violar y violentar, la de usar (y tirar…), también a las personas… la del coger sin (¡siquiera!) agradecer, la del «yo no necesito» subconsciente, la del yo lo sacaré, yo lo encontraré, la del yo, yo, yo… mal asunto.
Pero no, no creo que lo sea, ni que fuera tonto, creo que es más bien la del acuario hippie… pero por si acaso, che, no bajemos la guardia, porque hoy más que nunca, la tecnología, la abundancia, que todo lo potencian y aumentan, que todo lo agrandan, que todo lo ablandan, nos hacen creer que tendremos un camino onanista siempre para todo, para el conocimiento que ansiamos, para el objeto que queremos, para el desarrollo que necesitamos… pero ojo, muy poco de lo importante –y casi nada de lo excelente- está en Amazon o Wikipedia, suele ser necesario buscar bastante, agradecer mucho y pagar más.
